Comienzos de marzo, ya sólo queda un mes de CIVU, y más. Batalla de Rap, vida, sinceridad, amor y paz. ¿Por qué?

 Vengo de un fin de semana, en el que por primera vez voy a una batalla de Rap. Más allá de que pueda parecer simple el solo hecho de espectar, no creas, que en verdad todo es así, porque estando sólo y con mis pensamientos todo se transforma en una situación más compleja. Hasta estuvo Acru Roman, y ni siquiera me di cuenta. No sé, tal vez, con gusto lo hubiese saludado, aunque estoy contento de que pueda respetar a cualquier persona por tener la fuerza de largar sus frases, y prosas delante de tanta gente. Con la escucha activa, y la vista por todos lados, a veces los ojos se cruzan entre tantos rostros, transmitiendo diferentes estados. 

Después de todo, hoy ya es lunes. Y estoy cansado, la cabeza me pesa, y la tristeza continua sin agudizarse ni por tán sólo un minuto. Cómo puedo cambiar esto, la ansiedad me pide fumar todo el tiempo, y si no es así, tengo que comer, y para esto no me alcanza lo que tengo, se queda corta la billetera, y la plata no alcanza para saciar esta sed infinita. 

Estoy empecinado con el futuro, que ya me estoy olvidando lo que ahora está pasando, me refiero al hecho de vivir el acá y el ahora, y tán sólo concentrarme en respirar, que eso y solo eso, es lo único que tengo que hacer todo el tiempo. Lo demás vendrá, en algún momento. No tengo la menor duda, de que si la confianza y perseverancia, se juntan, cualquier cosa puede ser posible sin siquiera esforzarme más de lo que lo he hecho durante todo el día. Por estar vivo, por permanecer con calma, por aguantar ese estado en el que ya no quería ni a mi alma, cómo, cómo es que todo termina siendo a partir del amor. 

Deseo conseguir un empleo, y conocer gente divina. Con la que pueda compartir una cena o una merienda, con la que pueda hacer cosas, que vayan más allá de cualquier simpleza. De la belleza, más bella, de la noche buena, y el año, que se rompe sin importar en dónde. 

Caminar por la calle, o por la vereda, caminar por el césped, o por el borde en dónde estés al coste de caerte, ya no hay otra época, en dónde pueda volver a correr, por culpa de una letra, en la que se contó, que mi cuerpo desde un sexto piso se cayó. Y ahí, logré entender, lo importante de poder, de poder caminar o salir a correr. Sonreír, así sin más, sin un por qué.