Un nuevo día comenzó, y entre otro, ahí fui intentando surgir entre la gente que vi, tantas historias, y emociones pude sentir con tan solo levantar la mirada para ver por dónde seguir, qué es, qué es lo que siento cuándo escucho, qué es lo que siento cuándo sin siquiera verlo lo diluyo, y entre tanto y tan poco, solo me sale chamuyo. Para los que no entienden las letras, y el amor a través de lo literario, y a expresar situaciones, emociones, o cosas por las que estás atravesando y no pudieras hacerlo, con tan solo un gesto. O solo, que estés conectado con tu intuición y seas el mejor actor, que se pudiera encontrar hoy en día en el día a día; tan solo se ven desprecios y miradas que te arruinan.
Aunque no siempre, no quiero ser pesimista en este sentido porque si no no saldré más a la calle, y acá es dónde debemos saber hacía dónde mirar, ¿Qué es lo que queres ver? Mira hacia allá, y verás, si algo quieres impedir no mires, no hace falta ver cuándo lo que sientes es lo que está en concordancia con tu ser, quizá la intuición se equivoque, todos igualmente nos equivocamos, así que tranquilo.
Me aseguro, y lo noto, cuando lo intuitivo te mueve, todos se ven con un mejor rostro. Sonrisas, desilusiones, tristezas, cariños, apuros y suspiros, veo todo, sin siquiera mover un dedo. Y puedo ver la verdad en sus rostros.
Y así, me gustaría ir codo a codo, y aunque esté quieto, mi mente acompaña en ese momento por tan solo unos pasos, en donde lo telepático se deconstruye. Acá no importa, el ruido, el sonido, la forma de ser, o de vestirse, ni cualquier otro rasgo característico de tu personalidad, aunque lo que sí va a importar será tu manera de actuar en esa circunstancia, entonces, lo que traes detrás y nadie lo ve, eso lo puedo. Eso es lo que importa y no es que sea el único que lo pueda ver, si no que tus allegados o persona que alguna vez empatizo contigo y pasó algún momento, es más probable de que lo pueda afirmar (me refiero a algún principio, modal, o manera de actuar, el bien moral).
Entonces, a lo que me refiero, es al acto mismo. Arraigado por diferentes tipos de culturas, hábitos, prejuicios y, a su vez, hasta por la educación misma, algo tan sencillo que parece ser, pero que aún estando en el siglo XXI no está resuelto en su totalidad. Y lo respeto, además también lo entiendo, cuándo todavía hay problemas cómo el hambre, quién se va a preocupar por entender la sintonía de la vida, a través de las artes, la literatura, y que se yo, el lenguaje mismo. En el fondo estamos construidos por ello.